lunes, 25 de septiembre de 2017

Mujeres y hombres de Ciencia y más...

Septiembre 2017



"La belleza de las Matemáticas sólo se muestra a los seguidores más pacientes", fue una de las citas más célebres de esta apasionada de los números para la que las Matemáticas suponían un reto del que siempre se obtenía una salida.




Maryam Mirzakhani (1977-2017) fue una mujer de bandera. Fue una mujer nacida en un país islámico como Irán. Fue una mujer que triunfó en un mundo de hombres como es el de las Matemáticas. Fue la única mujer que, hasta el día de hoy, ganó la Medalla Fields en 2014. Fue una mujer que falleció por un cáncer de mama. Fue una mujer cuya vida da para escribir un libro o filmar una película. Maryam Mirzarkhani fue un referente dentro y fuera de las Matemáticas.


Como afirmó tras su fallecimiento Marc Tessier-Lavigne, rector de la Universidad de Stanford, “Maryam se fue demasiado pronto, pero su legado permanecerá en las miles de mujeres a las que inspiró. Era una brillante teórica y también una persona humilde que aceptó honores solo en la esperanza de que podrían animar a otros a seguir su camino. Su contribución como académica y como modelo de motivación es significativa y duradera”.

 Desde estudiante, Maryam Mirzakhani empezó a destacar no solo por su capacidad para las matemática sino también por sus dotes para competir. Sabía liderar y tenía determinación. Bajo su mirada y capacidad los problemas iban cayendo resueltos uno tras otro.  Finalmente, todo se tradujo en algo casi impensable en un país musulmán: ser la primera mujer en el equipo iraní de las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas. Y no defraudó. En 1997 ganó una medalla de oro consiguiendo 41 puntos de los 42 posibles; al año siguiente serían dos y alcanzó, además, la máxima puntuación, 42 puntos de 42. Después, se graduó en Matemáticas en 1999 en la Universidad de Tecnología Sharif de Teherán. Pero las puertas de las grandes universidades se abrieron para esta gran matemática para continuar su formación. Harvard sería la primera. Sin apenas saber inglés, empezó a deslumbrar en una de las catedrales del saber.

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